martes, 22 de mayo de 2012

Miguel Boó entrevistó publicamente al embajador de Israel en España invitado por el Club Faro de Vigo







El pasado lunes 21 de mayo tuvimos la oportunidad y el placer de poder entrevistar al embajador de Israel en España, Alon Bar, invitados por el Club Faro de Vigo. Con el Paraninfo de la Universidad de Vigo abarrotado de público, el inicio del acto se demoró unos minutos ante el intento de un grupúsculo anti-israelí de boicotear y reventar el derecho a expresarse libremente de quienes participábamos en dicho evento. Por cierto, es de reseñar que el grupo vociferante no estuvo presente en su día, para aplaudir al conferenciante palestino que semanas antes habló en el Club Faro de Vigo. Sencillamente porque, a ellos, los palestinos les preocupan bien poco, y sólo persiguen la desaparición de Israel.

Como quiera que los organizadores de estas acciones antidemocráticas ya han protagonizado otras acciones de cierta violencia, nos vimos obligados –en nuestra calidad de moderadores/entrevistadores– a denunciar las artimañas fascistas que últimamente vienen exhibiendo estos grupos marginales de extrema izquierda, cuyos hechos y dichos cada día se parecen más a los de la extrema derecha y al discursos neofascista. En resumidas cuentas nuestra denuncia se formuló en términos parecidos a los siguientes:

En este país, durante 40 años el franquismo impuso el pensamiento único. Cuando tras el advenimiento de la democracia creímos que ya éramos libres de opinar, resulta que nos encontramos con que algunos hijos y nietos de Franco, que le salieron de izquierdas o de extrema izquierda, nos quieren impedir que digamos cualquier cosa que no sea de su agrado.

Señoras y señores, el fascismo ataca de nuevo. Los intolerantes, los fanáticos, los bárbaros, los intransigentes de izquierda, los ayatolas que nos quieren imponer el pensamiento único, irrumpen en las conferencias, agreden a los científicos israelíes, destrozan y queman. Hace unas fechas hablo aquí mismo el max. representante de los palestinos y hoy lo hace en Compostela. ¿Alguien lo boicoteó? He ahí una diferencia esencial entre esa moderna inquisición, la misma que expulsó del BNG al presidente de AGAI por estar en una asociación pro judía, y quienes respetamos las ideas y los pensamientos de nuestros adversarios.

Lo que acaba de ocurrir en esta sala no es extraño en un país que debe ser el ùnico de Europa donde sale gratis decir, como oí yo mismo en Santiago no hace ni dos meses, que había que acabar el trabajo de Hitler y exterminar a todos los judíos. Nada extraño en una ciudad como Vigo, donde en un acto de partido se dijo que el conflicto árabe israelí finalizará el día en el que Irán arroje una bomba atómica sobre Israel. ¿Y qué hacemos la mayoría silenciosa? Permanecer en silencio. Pues ya está bien. Reivindico lo que nuestro invitado dijo el pasado 1 de abril: La tolerancia con la intolerancia es muy peligrosa”.

Tras el abandono de la sala por los boicoteadores frustrados, al observar que la práctica totalidad de los asistentes aplaudían nuestra intervención, pudimos –no sin sentir cierta vergüenza ajena– dar una bienvenida civilizada y obligada al invitado del Club:

El diplomático judío que hoy nos acompaña lleva 22 de sus 55 años metido en harinas diplomáticas. Y desde el 2000 ha dirigido departamentos relacionados con el desarme y el control de armamentos y participado en foros internacionales relacionados con la Energía Atómica. Antes de ser designado embajador en nuestro país fue director general de cultura y ciencia en el Ministerio de Exteriores israelí.

Hoy ha venido a Club Faro de Vigo a dialogar sobre un asunto que difícilmente la opinión pública relaciona con su país: la modernidad. Seguro que más de uno entre los presentes creerá que Israel es un país del tercer mundo, subdesarrollado, lleno de hombres barbados tocados de kipás o sombreros de fieltro (de esos que por cierto fabrican en Sevilla).

Tengo amigos que sostienen que en Israel las mujeres son la escoria de la sociedad, tal vez confundiendo aquel país con el totum revolutum de las naciones árabes y/o musulmanas… Otros confunden judío con israelí y viceversa, y dicen que son gentes raras porque no comen cerdo ni marisco. No saben que el índice de judios ortodoxos es casi testimonial y que hay tantos ateos como observantes. Y no reparan en que los católicos no hemos comido carne en Cuaresma durante … cientos de años. O que en nuestra Semana Santa se producen escenas tal vez más ultraortodoxas que algunas de las acciones que reputamos a los judíos con aladares, del barrio de Mea Shearim.

Pero vamos a huir de tópicos y de mitos. Hoy queremos hablar de uno de los países más pequeños del globo terráqueo. Es, con 7,5 millones de habitantes, como Galicia sin la provincia de Lugo. Y con la mitad del territorio que, o bien es árido o bien es desértico. Un país que, a pesar de las guerras, a pesar de tener que destinar gran parte de su PIB (el 8%) a defensa, ha sabido, en sólo 64 años, situarse entre los 23 países más desarrollados del mapamundi. Y no sólo eso: ha hecho contribuciones sorprendentes, desconocidas por el gran público y, sin duda, impagables, en los ámbitos de la sanidad, la informática, la genética, la física, la electrónica, la óptica, las telecomunicaciones o la agricultura científica”.


domingo, 20 de mayo de 2012

A miña tese de doutoramento


Enrique Valero e Miguel Boo


Segundo a tese de doutoramento do escritor e xornalista Miguel Boó

A falta de comunicación entre científicos e xornalistas fomentou a mala imaxe do eucalipto

O eucalipto, vítima dun xornalismo afastado das directrices de expertos

Bea Feijóo | Pontevedra
De todas as especies plantadas en Galicia, o eucalipto é das que goza dunha menor estima por parte da opinión pública, consecuencia de que “durante 35 anos padecera os efectos perniciosos da mala prensa”. Esta é unha das conclusións que Miguel Boó reflicte na súa tese de doutoramento, na que analizou as informacións que recollían os xornais en Galicia sobre o eucalipto dende 1975 a 2010, para contrastalas coa produción científica dos grupos de investigación expertos no estudo da especie. Tras afondar no tratamento que a prensa lle deu ao eucalipto, Boó sinalou que as afirmacións publicadas, facilitadas por fontes populares, crearon unha “imaxe distorsionada, mítica e falseada da especie arbórea”, dando lugar a un tipo de xornalismo “afastado das directrices dos expertos”.

Na súa tese de doutoramento, dirixida polo profesor Enrique Valero e calificada cun sobresaliente
cum laude por unha unanimidade, o investigador e xornalista explicou que non era sorprendente a oposición da opinión pública á plantación do eucalipto “se dous presidentes da Xunta, parlamentarios, gobernadores civís, alcaldes, sindicatos, partidos políticos, xornalistas, cleros, estudantes,asociacións ecoloxistas, veciñais... declararon abertamente que era tóxico, destrutor da riqueza mariña e medio ambiental ou ata culpable da esterilidade das mulleres e das vacas”, engadiu. Boó apuntou como dato curioso o rango e a veracidade que nos medios de comunicación se lles deron a estas informacións “chegando a dedicarlle cinco columnas a unha carta de opinión dun tal Pompilio César Abeya Cruz”. Non obstante, advertiu que a ausencia de voces de expertos e científicos non se traduce “nunha acción deliberada por parte dos medios de comunicación”, senón máis ben dunha falta de iniciativa por parte da comunidade investigadora “que non accedeu á prensa e polo tanto non se reflectiron as súas opinións”.

Dez mitos sobre a especie

Boó foi quen de identificar dez mitos ou visións estereotipadas da realidade do eucalipto que recollían os xornais. Entre outras cuestións, esta especie era "culpable” de esgotar o chan ata convertelo en desértico; de incompatibilidade con outras especies; de que non protexe a superficie da erosión; de consumir máis auga que ningunha outra árbore; de favorecer a expansión do lume; de ser medioambientalmente “perversa”, de prexudicar a paisaxe e a saúde “e de ser un cultivo que desvaloriza a terra e que só vale para producir pasta de celulosa”. Ningunha destas afirmacións frecuentes na prensa durante os 35 anos analizados “estiveron avaladas por algún documento ou por algunha publicación” e indicou que no período comprendido entre 1975 e 1990 “o 97% das noticias analizadas eran contrarias ao eucalipto”, mentres que do 2000 en adiante “un 60% xa non amosan oposición para deixar de ser tema de actualidade”.

Contraste coas publicacións científicas

Ademais de revisar dez xornais publicados en Galicia e cinco revistas, Boó recorreu a fontes científicas escritas por máis dun centenar de investigadores para contrastar a versión que as organizacións ecoloxistas, veciñais e sindicais daban sobre “os perigos” do eucalipto. Das dez "liñas de ataque" que o investigador detectou, ningunha foi avalada pola comunidade científica tanto que, algunha das fontes expertas citadas, reflicten beneficios como “secuestrador de dióxido de carbono, protector acústico e da erosión, produtor de madeira de calidade, xerador de riqueza...”. Segundo o investigador, a “falsa” idea de que o eucalipto só se planta para a produción de pasta de celulosa foi o argumento que máis prexudicou a súa imaxe. “Sempre se asociou a materia prima co proceso industrial das celulosas, o que danou sumamente a concepción do eucalipto”, apuntou o profesor Valero, lembrando ademais o papel importante que desempeña na economía de Galicia e de Pontevedra en particular.

RESEÑAS NOS MEDIOS:

Diario de Pontevedra
La Voz de Galicia
Faro de Vigo
Noticias Galicia