jueves, 4 de octubre de 2012

Miguel Boó fixo a doazón dunha gravación de Paz Andrade ao Consello da Cultura Galega


A gravación con un dos escasos discursos de Valentin Paz Andrade adicados á profesión periodística, custodiada dende hai máis de 28 anos por quen esto escribe, xa se atopa en lugar máis acaído ca miña humilde morada. Dende o pasado 28 de setembro deste 2012, cuxo Dia Das Letras adicamos en Galicia á figura do empresario, escritor, político, intelectual e galeguista pontevedrés afincado en Vigo, a devandita gravación –que orixinariamente se rexistrou en casette, e que ainda conservo- pertence ao Arquivo Sonoro de Galicia. O depósito do documento sonoro, neste servizo dependente do Consello da Cultura Galega, fíxose por parte da mesma Federación de Asociacións da Prensa (FEGAPE) da que eu mesmo fun promotor e anfitrión en 1984. Neste caso, os presidentes das asociacións de periodistas de Santiago de A Coruña –integrantes da FEGAPE- cederon a copia e as reseñas xornalísticas daquela data do 11 de xullo de 1984, ao presidente do CCG, Ramón Villares. Nas citadas noticias dase conta do discurso de Paz Andrade, que ao longo de 16 minutos defendeu a libertade de expresión e a autonomía de Galicia. O mesmo CD inclue os discursos do entón primeiro presidente da Xunta de Galicia, Xerardo Fernández Albor, e o de un servidor, Miguel Boó, como presidente da Asociación da Prensa de Santiago de Compostela e artífice da creación do órgano federativo dos periodistas Galegos.



sábado, 28 de julio de 2012

Israel, siglo XXI. Tradición y vanguardia

LIBROS
El extraordinario Israel, reciente y actual

La editorial coruñesa Netbiblo acaba de editar un interesante libro de autoría colectiva, en el que se hace una amplia radiografía del Estado de Israel, desde su creación hasta la entronización de Tel Aviv como ciudad modernísima y refugio privilegiado de los colectivos de gays y lesbianas. La publicación, en la que intervienen dieciocho autores españoles e israelíes en su mayoría, ha aprovechado el aniversario de los 25 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Madrid y Jerusalém, para ofrecer a los lectores hispanohablantes un visión caleidoscópica de Israel, prácticamente imposible de obtener a través de las sesgadas imágenes que a diario difunden los medios de comunicación.

El volumen, escrito de forma amena y rigurosa por investigadores, docentes universitarios, periodistas, arquitectos o diplomáticos como Alejandro Baer, José Antonio Lisbona, Natan Lerner, Herzl Inbar, Pilar Rahola, Rosa Moro, Esther Bendahan u Horacio Vázquez Rial, aborda la antigüedad bíblica, los balbuceos del Estado o la Shoáh, pero también analiza las instituciones democráticas del país, su pluralismos social y multicultural, su implicación ejemplar en la cooperación internacional, su llamativo –por elevadísimo- desarrollo técnico y científico, o sus aportaciones arquitectónicas y culturales…

A lo largo de casi 300 páginas, en las que se incluyen casi una treintena de fotos de Tzipi Litvak, se desgranan con objetividad –y muchas veces con espíritu crítico- cuestiones tan espinosas como el conflicto con los palestinos, el antisemitismo, las relaciones con España o el papel de los haredim, así como aspectos tan novedosos cuales son el constitucionalismo sin Carta Magna del país hebreo, el milagro de pasar de una tierra desértica a una sociedad líder en conocimiento y en I+D, las particularidades del cine, la literatura y el cómic en el Pueblo del  Libro, o la revolución de haber convertido a su ciudad más antigua en la capital, no del país, como quieren los periódicos españoles, sino del mediterranean cool.

Un trabajo colectivo, en suma, cuya lectura es digna de ser recomendada.

Ficha técnica
Título: “Israel, siglo XXI. Tradición y vanguardia”
Coordinadores: Alfredo Hidalgo Lavié y Jacqueline Tobiass
Editorial: Netbiblo (A Coruña)

domingo, 8 de julio de 2012

Cómo cocinar a un gilipollas


Por Miguel Boó

Primero se coge por los pelos una imagen –mejor en 3D que en póster- de Javier Krahe. Bueno, como no tiene muchos (los de la barba deben desecharse al carecer de valor culinario), habría que asirlo por otro apéndice o agarradera. Y no valen las neuronas porque se sospecha que tiene pocas (no sólo su avatar, sino él mismo). Como queda dicho, las pilosidades del mentón y alrededores se mechan, gratinan o churruscan al gusto, ya que no son de utilidad.

En una paellera, con cama de pétalos de dedalera, se coloca cuarto y mitad de la vianda que hemos elegido –prescindiendo del resto-, se le agregan a modo de guarnición fétidas bayas de mandrágora, un dedal de curare disuelto al 5%, unas gotas de quinina y un chorrito de burundanga en líquido.

Una vez hayamos aliñado de la forma descrita, el teleñeco de este principito valiente, se le lee la sharia, se le hace un juicio sumarísimo, y se le imputan las mismas propiedades o méritos gastronómicos que él -porque el cerebro no le daba para más- le otorgó al Cristo que luego cocinó con la intención de molestar a los pacíficos cristianos. Molestia que alcanzó a quienes, aunque no somos practicantes, no nos queremos quedar callados ante la estulticia, el insulto gratuito y, lo que es peor, la cobardía de estos pijo-progres, nietos de Franco, que sólo disparan a las mujeres, a los viejos y a los niños.

Querido mandrágora, sé coherente con tu arte, con tu vena imaginativa, con tu creatividad, con tu I+D+i en materia de cultura, y escribe ya mismo una obra de teatro que se titule “Me cago en Alá” o “Mahoma era un pederasta y un sanguinario asesino”. Y ten la gallardía de estrenarla en Irán, en Arabia Saudí, o en Gaza mismamente. No tengas miedo muchachote, no te me vengas abajo. ¿Qué te puede pasar? En el peor de los casos te harían un juicio justo y después te ahorcarían –como en Río Bravo, de Chévere- pero, eso sí, todos nos manifestaríamos en tu favor, aunque por desgracia, es seguro que ninguno de tus amigos organizaría una flotilla de la libertad para salvarte.

Naturalmente, como además de un gilipollas hablamos de un cobarde, hay que reparar en que para su receta culinaria eligió, como hacían los grandullones en la escuela, golear a los más pequeños. Por eso no hay caso de que ninguno de los presagios enumerados más arriba le vaya a suceder realmente. Un final en la horca le sobrevendría muy probablemente –y por muy gilipollas que sea, obviamente no se lo merece- si hubiese tenido los huevos y la ocurrencia de filmar un algo tan imaginativo como cocinar a Alá o a su profeta Mahoma. Y, claro, si hubiese sido tan respetuoso con el Islam como lo ha sido con los cristianos, a estas horas, la cabeza de este gilipollas tendría mucho menos precio aún que el que los islamistas le pusieron a Salmar Rushdie o al periodista danés Flemming Rose, amenazado de muerte por publicar las viñetas de Mahoma.

Nuestro héroe tiene la suerte de vivir en un país donde aunque el artículo 525 del Código Penal tipifica como delito la "ofensa a los sentimientos religiosos de los miembros de una confesión religiosa" y el "escarnio de dogmas, creencias o ritos", sobre el papel eso quiere decir que puedes estrenar una obra de teatro que se llame “Me cago en dios”, cocinar un Cristo o estrenar películas que se ocupen de la vida sexual de la Virgen María, sin que pase nada. El rasero no sería el mismo si sustituimos Dios por Ala o Cristo por Mahoma (1). El pobre Flemming Rose –citado más arriba- llegó a explicar que un cómico de su país le había confesado que no tendría ningún problema en orinar sobre la Biblia delante de una cámara, pero que no se atrevía a hacer lo mismo con el Koran. De hecho, al mencionado informador nórdico, redactor jefe del Jyllands-Posten, primero lo mandaron de vacaciones y después tuvo que abandonar su propio país en medio de una presión internacional en la que hasta Zapatero de permitió el lujo de decirle que se había pasado. Por descontado que si Krahe se hubiera tomado la licencia de cocinar un ejemplar del Koran, el risueño expresidente también le hubiera llamado la atención.

Pero, hagamos memoria. Las caricaturas de Mahoma –un juego de niños si lo comparamos con lo que habría sucedido si Flemming hubiera metido una imagen de Mahoma en un horno- se publicaron el 30 de septiembre de 2005. Diez paises musulmanes y el representante de Palestina hicieron un llamamiento a boicotear los productos de Dinamarca y Noruega. La llama prendió y durante meses se sucedieron la protestas y las amenazas, entre ellas las de la Yihad Islamica de Gaza. En enero de 2006 tuvieron que evacuar la revista Jyllands-Posten por una amenaza de bomba. El periódico pidió disculpas a los musulmanes (2). En febrero de 2006, el director de France Soir, que se había sumado a los daneses publicando las viñetas, es despedido; mientras varios grupos armados palestinos lanzan amenazas contra ciudadanos de Francia, Dinamarca y Noruega. Al dia siguiente los gobiernos de USA y Reino Unido tildaron la publicación de las caricaturas como de un “inaceptable incentivo del odio religioso”. Y un día después, cientos de manifestantes ocuparon la embajada danesa en Damasco, capital en la que horas después se atacarían las sedes diplomáticas de Suecia y Chile. El 5 de febrero miles de manifestantes irrumpieron en el consulado de Dinamarca en Beirut. Y solo un día más tarde es cuando nuestro entonces bienamado presidente Zapatero y su socio en la flower-power Alianza de Civilizaciones, el primer ministro turco Erdogan, publicaron un articulo en la prensa europea en el que rechazaban las viñetas desde el punto de vista moral y político. Desde ese día y hasta el 11 de ese mes, se produjeron hasta 14 muertos en disturbios relacionados con las viñetas. El más llamativo, el asesinato de un sacerdote católico italiano a manos de un adolescente turco. Mientras, miles de personas se congregaron en las principales ciudades europeas para expresar su rechazo a la publicación de las caricaturas. En Londres, con su alcalde al frente.

Vamos, lo mismo que en el caso del cocinero gilipollas español.

Y eso que todo el mundo –seguro que Krahe y el alcalde Londres, entre otros- hacía años que habíamos abrazado la biblia de Karl Popper “La sociedad abierta y sus enemigos”, donde se insiste en que no se debe ser tolerante con el intolerante.
-------------------------------------------------------------------------

(1) La Tate Gallery de Londres retiró –para no causar reacciones tras los atentados de Londres- una instalación del artista de vanguardia John Latham en la que se representaban el Koran, la Biblia y el Talmud hechos jirones. Meses antes y para no ofender a los musulmanes, un museo de Goteborg (Suecia) retiró una pintura con un motivo sexual y una cita del Korán. Item más, el mismo viñetista que representó a Mahoma con una bomba por turbante, había dibujado a Cristo en la cruz con un signo del dólar en los ojos y una estrella de David unida a un detonador. Huelga decir que habida cuenta de que la ley del embudo de los cobardes pilla a Cristo en la parte más estrecha, afortunadamente no se quemaron embajadas, ni hubo amenazas de muerte ni, por supuesto, víctimas.

(2) En nuestro país, Krahe y sus amigos -partidarios del sostenella y no enmendalla-, se enrocaron en el insulto y lejos de pedir disculpas, poco menos que exigieron que se las pidieran a ellos. Igualitos que el no menos iluminado de Iñigo Ramírez de Haro, otro valiente que tras ser criticado por su obra “Me cago en Dios”, dijo que no pensaban achantarse “ante la amenaza clerical” y proclamó que era víctima de la censura. ¡Lástima de una representación teatral suya en Gaza o en Ramala para poder alabar la libertad de expresión y la ausencia de censura en esos, sus países modelo!
________________________

Cómo es el polémico video

La polémica y trascendental aportación planetaria a la historia universal de la cultura, por el que se acaba de juzgar y absolver a Javier Krahe, está recogida en un portento de imaginación audiovisual que dura 2:15 segundos. Una voz en off va amenizando el manejo de un crucifijo sobre el que se va diciendo que sus estigmas pueden mecharse con tocino –¡qué gran idea, para hacerlo con algo musulman!-, y que la talla debe desencostrarse con agua tibia antes de meterse, camino del horno, en una fuente con lecho de cebolla. Al Cristo se lo embadurna con abundante mantequilla, tal y como refiere la voz de fondo; y una vez salpimentado se le agregan finas hierbas. Y ahora viene lo bueno: se deja en un horno durante 3 días… “al cabo de los cuales sale completamente solo”. El video finaliza con el consejo final: “Sírvase sobre su cruz, adornado con naranja, lechuga y rabanito” y una última imagen en la que se ve cómo la mano del cocinero coge un tenedor y un cuchillo, y los clava en el cuerpo del Cristo.

martes, 22 de mayo de 2012

Miguel Boó entrevistó publicamente al embajador de Israel en España invitado por el Club Faro de Vigo







El pasado lunes 21 de mayo tuvimos la oportunidad y el placer de poder entrevistar al embajador de Israel en España, Alon Bar, invitados por el Club Faro de Vigo. Con el Paraninfo de la Universidad de Vigo abarrotado de público, el inicio del acto se demoró unos minutos ante el intento de un grupúsculo anti-israelí de boicotear y reventar el derecho a expresarse libremente de quienes participábamos en dicho evento. Por cierto, es de reseñar que el grupo vociferante no estuvo presente en su día, para aplaudir al conferenciante palestino que semanas antes habló en el Club Faro de Vigo. Sencillamente porque, a ellos, los palestinos les preocupan bien poco, y sólo persiguen la desaparición de Israel.

Como quiera que los organizadores de estas acciones antidemocráticas ya han protagonizado otras acciones de cierta violencia, nos vimos obligados –en nuestra calidad de moderadores/entrevistadores– a denunciar las artimañas fascistas que últimamente vienen exhibiendo estos grupos marginales de extrema izquierda, cuyos hechos y dichos cada día se parecen más a los de la extrema derecha y al discursos neofascista. En resumidas cuentas nuestra denuncia se formuló en términos parecidos a los siguientes:

En este país, durante 40 años el franquismo impuso el pensamiento único. Cuando tras el advenimiento de la democracia creímos que ya éramos libres de opinar, resulta que nos encontramos con que algunos hijos y nietos de Franco, que le salieron de izquierdas o de extrema izquierda, nos quieren impedir que digamos cualquier cosa que no sea de su agrado.

Señoras y señores, el fascismo ataca de nuevo. Los intolerantes, los fanáticos, los bárbaros, los intransigentes de izquierda, los ayatolas que nos quieren imponer el pensamiento único, irrumpen en las conferencias, agreden a los científicos israelíes, destrozan y queman. Hace unas fechas hablo aquí mismo el max. representante de los palestinos y hoy lo hace en Compostela. ¿Alguien lo boicoteó? He ahí una diferencia esencial entre esa moderna inquisición, la misma que expulsó del BNG al presidente de AGAI por estar en una asociación pro judía, y quienes respetamos las ideas y los pensamientos de nuestros adversarios.

Lo que acaba de ocurrir en esta sala no es extraño en un país que debe ser el ùnico de Europa donde sale gratis decir, como oí yo mismo en Santiago no hace ni dos meses, que había que acabar el trabajo de Hitler y exterminar a todos los judíos. Nada extraño en una ciudad como Vigo, donde en un acto de partido se dijo que el conflicto árabe israelí finalizará el día en el que Irán arroje una bomba atómica sobre Israel. ¿Y qué hacemos la mayoría silenciosa? Permanecer en silencio. Pues ya está bien. Reivindico lo que nuestro invitado dijo el pasado 1 de abril: La tolerancia con la intolerancia es muy peligrosa”.

Tras el abandono de la sala por los boicoteadores frustrados, al observar que la práctica totalidad de los asistentes aplaudían nuestra intervención, pudimos –no sin sentir cierta vergüenza ajena– dar una bienvenida civilizada y obligada al invitado del Club:

El diplomático judío que hoy nos acompaña lleva 22 de sus 55 años metido en harinas diplomáticas. Y desde el 2000 ha dirigido departamentos relacionados con el desarme y el control de armamentos y participado en foros internacionales relacionados con la Energía Atómica. Antes de ser designado embajador en nuestro país fue director general de cultura y ciencia en el Ministerio de Exteriores israelí.

Hoy ha venido a Club Faro de Vigo a dialogar sobre un asunto que difícilmente la opinión pública relaciona con su país: la modernidad. Seguro que más de uno entre los presentes creerá que Israel es un país del tercer mundo, subdesarrollado, lleno de hombres barbados tocados de kipás o sombreros de fieltro (de esos que por cierto fabrican en Sevilla).

Tengo amigos que sostienen que en Israel las mujeres son la escoria de la sociedad, tal vez confundiendo aquel país con el totum revolutum de las naciones árabes y/o musulmanas… Otros confunden judío con israelí y viceversa, y dicen que son gentes raras porque no comen cerdo ni marisco. No saben que el índice de judios ortodoxos es casi testimonial y que hay tantos ateos como observantes. Y no reparan en que los católicos no hemos comido carne en Cuaresma durante … cientos de años. O que en nuestra Semana Santa se producen escenas tal vez más ultraortodoxas que algunas de las acciones que reputamos a los judíos con aladares, del barrio de Mea Shearim.

Pero vamos a huir de tópicos y de mitos. Hoy queremos hablar de uno de los países más pequeños del globo terráqueo. Es, con 7,5 millones de habitantes, como Galicia sin la provincia de Lugo. Y con la mitad del territorio que, o bien es árido o bien es desértico. Un país que, a pesar de las guerras, a pesar de tener que destinar gran parte de su PIB (el 8%) a defensa, ha sabido, en sólo 64 años, situarse entre los 23 países más desarrollados del mapamundi. Y no sólo eso: ha hecho contribuciones sorprendentes, desconocidas por el gran público y, sin duda, impagables, en los ámbitos de la sanidad, la informática, la genética, la física, la electrónica, la óptica, las telecomunicaciones o la agricultura científica”.


domingo, 20 de mayo de 2012

A miña tese de doutoramento


Enrique Valero e Miguel Boo


Segundo a tese de doutoramento do escritor e xornalista Miguel Boó

A falta de comunicación entre científicos e xornalistas fomentou a mala imaxe do eucalipto

O eucalipto, vítima dun xornalismo afastado das directrices de expertos

Bea Feijóo | Pontevedra
De todas as especies plantadas en Galicia, o eucalipto é das que goza dunha menor estima por parte da opinión pública, consecuencia de que “durante 35 anos padecera os efectos perniciosos da mala prensa”. Esta é unha das conclusións que Miguel Boó reflicte na súa tese de doutoramento, na que analizou as informacións que recollían os xornais en Galicia sobre o eucalipto dende 1975 a 2010, para contrastalas coa produción científica dos grupos de investigación expertos no estudo da especie. Tras afondar no tratamento que a prensa lle deu ao eucalipto, Boó sinalou que as afirmacións publicadas, facilitadas por fontes populares, crearon unha “imaxe distorsionada, mítica e falseada da especie arbórea”, dando lugar a un tipo de xornalismo “afastado das directrices dos expertos”.

Na súa tese de doutoramento, dirixida polo profesor Enrique Valero e calificada cun sobresaliente
cum laude por unha unanimidade, o investigador e xornalista explicou que non era sorprendente a oposición da opinión pública á plantación do eucalipto “se dous presidentes da Xunta, parlamentarios, gobernadores civís, alcaldes, sindicatos, partidos políticos, xornalistas, cleros, estudantes,asociacións ecoloxistas, veciñais... declararon abertamente que era tóxico, destrutor da riqueza mariña e medio ambiental ou ata culpable da esterilidade das mulleres e das vacas”, engadiu. Boó apuntou como dato curioso o rango e a veracidade que nos medios de comunicación se lles deron a estas informacións “chegando a dedicarlle cinco columnas a unha carta de opinión dun tal Pompilio César Abeya Cruz”. Non obstante, advertiu que a ausencia de voces de expertos e científicos non se traduce “nunha acción deliberada por parte dos medios de comunicación”, senón máis ben dunha falta de iniciativa por parte da comunidade investigadora “que non accedeu á prensa e polo tanto non se reflectiron as súas opinións”.

Dez mitos sobre a especie

Boó foi quen de identificar dez mitos ou visións estereotipadas da realidade do eucalipto que recollían os xornais. Entre outras cuestións, esta especie era "culpable” de esgotar o chan ata convertelo en desértico; de incompatibilidade con outras especies; de que non protexe a superficie da erosión; de consumir máis auga que ningunha outra árbore; de favorecer a expansión do lume; de ser medioambientalmente “perversa”, de prexudicar a paisaxe e a saúde “e de ser un cultivo que desvaloriza a terra e que só vale para producir pasta de celulosa”. Ningunha destas afirmacións frecuentes na prensa durante os 35 anos analizados “estiveron avaladas por algún documento ou por algunha publicación” e indicou que no período comprendido entre 1975 e 1990 “o 97% das noticias analizadas eran contrarias ao eucalipto”, mentres que do 2000 en adiante “un 60% xa non amosan oposición para deixar de ser tema de actualidade”.

Contraste coas publicacións científicas

Ademais de revisar dez xornais publicados en Galicia e cinco revistas, Boó recorreu a fontes científicas escritas por máis dun centenar de investigadores para contrastar a versión que as organizacións ecoloxistas, veciñais e sindicais daban sobre “os perigos” do eucalipto. Das dez "liñas de ataque" que o investigador detectou, ningunha foi avalada pola comunidade científica tanto que, algunha das fontes expertas citadas, reflicten beneficios como “secuestrador de dióxido de carbono, protector acústico e da erosión, produtor de madeira de calidade, xerador de riqueza...”. Segundo o investigador, a “falsa” idea de que o eucalipto só se planta para a produción de pasta de celulosa foi o argumento que máis prexudicou a súa imaxe. “Sempre se asociou a materia prima co proceso industrial das celulosas, o que danou sumamente a concepción do eucalipto”, apuntou o profesor Valero, lembrando ademais o papel importante que desempeña na economía de Galicia e de Pontevedra en particular.

RESEÑAS NOS MEDIOS:

Diario de Pontevedra
La Voz de Galicia
Faro de Vigo
Noticias Galicia


viernes, 27 de abril de 2012

Xa sei por que Antón Reixa falaba tan ben da Cidade da Cultura e agora non

Xa sei por que Antón Reixa falaba tan ben da Cidade do Cultura hai un ano, cando publicou no Xornal de Galicia "Gustame a Cidade da Cultura", que reproducimos máis abaixo. Cóntao o xornalista compostelano José Antonio Pérez Docampo no artigo que vai a continuación. Pobre SGAE se o seu novo presidente é o bó de Antón!. Se hai que fiarse tanto das súas promesas para presidirnos aos autores, como do chaqueteo que se trae coa Cidade da Cultura, imos servidos. 
 
  

JOSE ANTONIO PÉREZ

APUNTE INICIAL

Reixa y la Cidade da Cultura

SE DEJÓ CAER Jordi Évole por la Cidade da Cultura con la intención de ponerla a parir, pero pareció no disgustarle la obra de Eisenman; tanto como ensalzó la disponibilidad de Anxo Lorenzo, el director xeral de Cultura, para debatir ante las cámaras sobre el complejo. Hasta ahí todo correcto. Críticas al proyecto pero sin la acritud de los pasajes anteriores (en Madrid y Valencia) del mismo programa. La guinda se la tenía que poner Antón Reixa, antaño ingenioso y polifacético creador, reconvertido ahora en presunto gestor de contenidos más pendiente del despacho que del duro día a día de los artistas. El exlíder de Os Resentidos pontificó resumiendo que la CdC se trataba simplemente de un montón de ladrillos. No fue la única barbaridad. Habló de una edificación "basta" fruto de "esa obsesión inmobiliaria que poco tiene que ver con la vida real". Y se cubrió de gloria alegando que Galicia "es el país del hambre, tenemos (los gallegos) el síndrome histórico del hambre y, en lo que son las infraestructuras culturales, trajo esta locura (sic)". Todo le sirve a Reixa para reafirmarse en Salvados. Pero el problema es que las hemerotecas existen. Y, por ejemplo, el 21 de noviembre de 2010, Antón Reixa escribía en el desaparecido Xornal de Galicia (periódico nada sospechoso de seguir el ideario de la Xunta) un jugoso artículo titulado Gústame a Cidade da Cultura. "Sei que esta opinión vén de resultar polémica, pero permítaseme argumentar", decía Reixa. Y argumentaba: "O resultado arquitectónico é espectacular e dunha beleza impresionante. Ao organicismo exterior e ben organizado no entorno, hai que sumar un acabado interior de liñas torturadas e impactantes. Diría que xa só o coñecemento do edificio, aínda que estivera baleiro, xustifica a visita da xente de Galicia e do turismo internacional". Pero es que, además, Reixa comparaba la Cidade da Cultura con la Catedral de Santiago y escribía: "Durante ós séculos peores, máis negativos e ruíns da historia de Galicia foise construíndo, en camadas sucesivas, a fabulosa Catedral en Compostela. Contemplando agora a beleza do edificio, non é que un se reconcilie con esa historia de negación do país, pero pódese chegar a pensar que cando menos nos quedou este extraordinario patrimonio arquitectónico. Visto o avance construtivo actual (e o resultado) da Cidade da Cultura, penso que poderiamos aplicar ese mesmo razoamento revestido de autoestima a unha iniciativa (a do complexo do Gaias), sen dúbida, xeneticamente tinxida de megalomanía". Significa esto que al calor de la poltrona de la presidencia del Clúster do Audiovisual Galego Reixa decía una cosa y ahora, aspirante al trono que Teddy Bautista dejó vacante en la SGAE, piensa lo contrario. Ya lo decía el filósofo Bronson Alcott: "La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia".
 

(Publicado en "El Correo Gallego", 18 de marzo de 2012, página 30)

sábado, 21 de abril de 2012

Gústame a Cidade da Cultura

Por que será que Reixa falaba tan ben da Cidade do Cultura hai un ano, e no programa do Follonero, "Salvados" , da Sexta, hai menos de dous meses, a puña podre dediante de toda España?

Coraxe. Xa se pode visitar o estado actual das obras da controvertida Cidade da Cultura anotándose nunhas solicitadísimas visitas guiadas. Despois dunha desas vistas, escribo estas liñas.
Durante os séculos peores, máis negativos e ruíns da historia de Galicia foise construíndo, en camadas sucesivas, a fabulosa Catedral de Compostela. Contemplando agora a beleza do edificio, non é que un se reconcilie con esa historia de negación do país, pero pódese chegar a pensar que aínda ben que cando menos nos quedou este extraordinario patrimonio arquitectónico. Visto o avance construtivo actual (e o resultado) da Cidade da Cultura, penso que deberiamos aplicar ese mesmo razoamento revestido de autoestima a unha iniciativa ( a do complexo do Gaiás), sen dúbida, xeneticamente tinxida de megalomanía. Gústame a Cidade da Cultura. Sei que esta opinión vén resultar polémica, pero permítaseme argumentar.
O resultado arquitectónico é espectacular e dunha beleza impresionante. Ao organicismo exterior e ben integrado no entorno, hai que sumar un acabado interior de liñas torturadas e impactantes. Diría que xa só o coñecemento do edificio, aínda que estivese baleiro, xustifica a visita da xente de Galicia e do turismo internacional. Ao mesmo tempo, hai que sinalar unha racionalización do tamaño e ritmos do proxecto. Dous edificios aínda non construídos están aprazados con compromiso de terminación, pero con calendarios indefinidos. A crise e o redimensionamento imprescindible mandan.
Nas previsións actuais de contidos xa se ubican o Arquivo e a Biblioteca. Por certo, nese espazo para uns dous millóns de libros deberá haber sen dúbida unha destacada presenza da obra de Agustín Fernández Paz que, coa súa renuncia a un premio da Xunta, vén de blindar a nosa dignidade cultural (un traballador ilustre da lingua non podía ser alleo ás restricións lexislativas ­actuais que negativizan o desenvolvemento da súa materia prima). Nas previsións futuras contémplanse a restauración da memoria da Galicia emigrante en códigos de diversidade cultural, un grande teatro modular e outro centro, que esperemos que acolla infrarestruturas para a nosa industria cultural, nomeadamente as vinculadas á creación. Serán dunha centralidade absoluta os criterios que se deben esixir con rigor para as decisións de contidos do complexo.
Nas últimas semanas, padecemos a insoportable violación da aconfesionalidade do estado coa visita do Papa. É vital que Compostela e Galicia asuman con convición a construción e uso desta catedral laica e civil. Non pode haber maior cohesión da cidadanía galega e universal que a especial espiritualidade derivada da arte.
Melancolía. Tamén nestes días, contemplamos por televisión a beleza dos interiores da Sagrada Familia de Barcelona. Un edificio xenial arquitectonicamente pero froito evidente das convicións ultracatólicas de Gaudí. A ninguén se lle ocorriría negativizar a súa lenta terminación. Incorporemos con autoestima e orgullo crítico a Cidade da Cultura ao noso patrimonio nacional (nacional de Galicia, claro).

viernes, 27 de enero de 2012

Eu non estiven alí

Artigo de Pedro Gómez-Valadés, amigo e compañeiro en AGAI
.
Un ano máis xurde entre a friaxe do calendario invernal un novo 27 de xaneiro. Un 27 que ate hai pouco máis de medio século era só a véspera do 28, como moito un modesto Santo Tomé de Aquino no calendario santoral católico ou simplemente, o vixesimoséptimo día do ano no calendario gregoriano. Mais todo iso mudou de xeito brutal e para sempre un 27 de xaneiro de 1945. Ese día, unidades da División número 100 do Exército Roxo, baixo o mando do xeneral Krasávina, entraron en Auschwitz-Birkenau e liberaron aos 2.819 prisioneiros que despois de 5 anos de masacre ficaban con vida. 2.819 testemuñas da infamia, 2.819 testemuñas do horror inexplicábel que asolou o corazón da vella e culta Europa, a nosa Europa, e que converteu para sempre a un vello e frío cuartel do Exército polaco no monumento funerario perenne de máis de millón e medio de seres humanos que desde aqueles días fican soterrados para sempre e como única tumba, no ceo. Tamén no noso ceo. No aire que serviulles como cadaleito despois de que o delirio xenocida os transformase nas cámaras de gas e nos fornos crematorios en parte do aire que agora e por sempre respiramos e respiraremos.
Igual que ese aire incoloro pero gris, acompañará por sempre a vida na Terra, a lembranza, o non esquecemento, a loita contra o devastador ruído do tempo que todo cala e silencia, ese aire, testemuño vital da morte, debe lembrarnos sempre, con cada bocanada que recollemos e expulsamos, que millóns de persoas morreron, foron asasinadas de xeito planificado e industrial durante esa longa noite de pedra que sacudiu as entrañas das Europas na metade do século pasado.
A pesar da distancia na terra e nos tempos. A pesar dos anos trascorridos, a pesar da lonxanía aparente da xeografía da barbarie nazi e da nosa terra finisterraica galega, hai centos de galegas e galegos que xa non están aquí mais que foron e serán por sempre irmáns de sangue dos millóns de xudeus asasinados.
Xosé Fernández Vázquez, o comandante Soutomaior, quen na súa fuxida do fascismo vitorioso en España, padeceu a prisión e a tortura en Auschwitz-Birkenau.
Marceliño Pardal Pouso, o derradeiro supervivente galego, deportado no campo de Mauthausen, e quen faleceu o 19 de abril de 2009.
As irmás Touza, Xulia, Lola e Amparo de Ribadavia que arriscaron a súa vida no máis fermoso xesto de salvar as de centos de xudeus e refuxiados que fuxindo da Europa ocupada e en guerra chegaban a través da rede humanitaria de salvamento que outro galego exemplar, o doutor vigués Eduardo Martínez Alonso, teceu desde os Pirineos ate a fronteira portuguesa e logo desde alí á liberdade e á vida.
E coma pequena homenaxe permitídeme mencionar só a catro galegos, catro. En representación dos centos mortos nos campos de exterminio nazis. O vigués Agustín Cameselle Fernández, morto no campo de Gusen. O ourensán Manuel Soutullo Iglesias, morto en Mauthausen. O lucense de Viveiro, Manuel Lamelas, morto en Mauthausen. O coruñés Xosé Albedro Vilaverde, morto en Mauthausen.
O ano 2005 Nacións Unidas con moitas décadas de retraso decidiu que desde aquela, todos os 27 de xaneiro serían enmarcados baixo o lema de "Recordemos hoxe e por sempre", na memoria pedagóxica para as xeneracións presentes e futuras do que nunca deberán esquecer. Porque nunca debe volver a suceder. Nunca debeu de suceder.
Eu non estiven alí. Ti, caro lector, tampouco. Mais non debemos ser cómplices por esquecemento ou omisión dun crime brutal que nunca con certeza conseguiremos entender na súa enorme dimensión. Eu non estiven alí. Mais precisamente por iso, eu non esquecerei xamais.