En la presentación de “Las noches con Claudia”

Conste que estoy aquí por empeño personal del autor a quien no convencí de que debería buscar para su puesta de largo en la capital de Galicia a alguien de más campanillas que las mías, sin duda diluidas éstas en la noche de los tiempos, aquellos en que me hice famoso. Sin duda que Álvaro Otero ganaría más hoy si se hubiera traído para apadrinarlo a nuestro colega Manolo Rivas o incluso a Méndez Ferrín. Pero él quiso que estuviera aquí su amigo Miguel Boó por encima de cualquier planteamiento comercial. Y se lo agradezco. Entre otras cosas porque más temprano que tarde podré presumir de codearme con un afamado escritor. . Álvaro Otero, no hace falta que lo diga yo, es un escritor consagrado. Ya no sé si su condición de escritor es la que complementa a su vocación y profesión de periodista o si esto es al revés. Pero en cualquier caso, Álvaro Otero escribe como dios. De hecho, si aceptara formar parte de mi nueva banda de rock, sería el guitarra solista. Es más, escribe infinita...